sábado, 9 de febrero de 2019

El acto de amor más grande.

Cuando te pedí una segunda oportunidad me sentí la mujer más afortunada del mundo, no cualquiera tiene nuevamente la ocasión de corregir todo lo que hizo mal la primera vez y mejorarlo, por eso me sentía tan feliz y te prometí que no iba a decepcionarte.

Pero a medida que yo estaba tratando de demostrarte que ya no era más esa nena caprichosa que no sabía lo que quería y que ahora era una mujer con una visión clara de su vida y aspecto más maduro, que ya había mejorado mis inseguridades, te vi sonreír como si la vida se te fuera en ello con alguien más, te vi de buen humor como nunca antes. Comprendí que te estabas enamorando de aquella chica, mi primera reacción fue seguir luchando pero después me puse a pensar y llegué a la conclusión de que debía hacerme a un lado, sólo para verte sonreír con esa intensidad todos los días.

¿Te amaba? Sí, muchísimo. La razón por la que me rendí fue porque quería tu felicidad aunque no dependiera de mí, así que tomé valentía y te escribí aquella carta en donde decía que renunciaba a ti para que fueras feliz con aquella chica que te hacía sonreír como nunca antes había visto.

Recuerdo que te molestó, que me dijiste que yo siempre pensaba en los sentimientos de los demás dejando los míos de lado y me trataste mal, me trataste mal durante semanas. No entendías que más adelante me lo agradecerías, que era lo que necesitabas.

Pasó el tiempo y tu relación con aquella chica avanzó tanto al punto de que cada vez te veías más enamorado y más feliz, dolía, pero la satisfacción de haber hecho lo correcto me dejaba tranquila.

Escribí esto, como una despedida porque antes de irme definitivamente de tu vida, creí que debías saberlo.

Que debías saber, que el acto de amor más grande fue el que hice por vos.

|Fragmento de un amor de doble filo.|

Gia.






Te perdono y me perdono.

Intenté escribir este post más de una vez, pero nunca supe encontrar las palabras adecuadas para esto que quiero contarles hoy... Todo surgi...