Tantos años esperandote, imaginandote, pidiendote y al fin llegaste, con tu sonrisa tan perfecta que es capaz que iluminar hasta mi peor oscuridad, con esa risa que llena todos y cada unos de los horribles silencios.
Justo como soñé, das esos abrazos, abrazos que son capaces de unir todas y cada una de mis partes rotas.
Estoy tan contenta de que por fin hayas llegado a mi vida, no sabés hace cuanto tiempo te soñaba, te pedía y te imaginaba. Siento que no puedo pedir más porque sos todo lo que siempre quise y más.
No tengo palabras para describirte como me siento, como hacés sentir o lo que siento por vos, creo que mi sonrisa habla por sí sola cada vez que te ve.
Y a ustedes, no hay que desesperarse si todavía no llegó la persona de sus sueños, todo llega para quien sabe esperar o incluso a veces, ya llegó solo que no nos damos cuenta, es cuestión de mirar bien a quién tenemos al lado.
Gia.
Se pueden encontrar tanto con algunos de mis creaciones, en los que, al terminar explico el contexto en el que fueron escritos, tanto como así mi punto de vista referidos a distintos temas, reseñas de libros o lo que salga de mi corazón porque dejo que las palabras salgan sin presión alguna, le pongo muchísimo amor y pasión a lo que escribo, escribir es mi liberación.
sábado, 27 de julio de 2019
martes, 23 de julio de 2019
La perfección nos destruye.
Quiero gritar de frustración, gritar para liberarme, porque no doy más, porque siento que voy a explotar es por eso que estoy haciendo este post. Necesito soltar todo, necesito dejar de sentir estas ganas horribles de gritar, así que, acá voy.
Cuando era chiquita siempre me esforcé por ser igual de perfecta que mi hermana, a ella le alababan todo, a mí solo me comparaban. Siempre me comparaban con todo el mundo, pero no crean que lo hacían por algo bueno, si no, yo siempre era la que estaba mal.
Y eso dolía, dolía porque me esforzaba muchísimo por intentar ser perfecta, por intentar que no hubieran quejas o comentarios malos sobre mí, no soportaba las críticas porque estaba siendo algo que yo no era realmente y que no sé si en algún momento llegue a hacerlo.
Crecí sin un papá presente, se fue cuando era chica y realmente me sentí insuficiente y esa inseguridad fue creciendo junto conmigo, fue aumentando cada vez que intentaba ser algo que no era para sentirme aceptada, para sentir que valía la pena, que era más que suficiente, para recibir una palabra de aliento, un elogio e incluso un poquito de atención pero son expertos para criticar, para hablar mal, para notar mis errores pero no para notar lo que necesitaba.
La perfección nos destruye, nos hace rompernos en miles de pedazos por intentar ser algo que no somos y que probablemente jamás lleguemos a serlo porque es algo inalcanzable que en momentos llega a trastornarnos, y enfermarnos.
Me encantaría poder prometer que desde hoy voy a ser lo que quiero para que las críticas y todo lo malo sea más fácil de aceptar, pero tengo que aceptar que ya falté a esa promesa una vez, parece que mi parte masoquista adora tratar de ser perfecta, adora presionarse a sí misma por serlo y sentirse de esa forma y que eso fomente absolutamente todas mis inseguridades y el sentirme insuficiente para cualquier persona que exista.
El tratar de ser perfecta me llevó a odiarme a mí misma, a enfermarme y a no poder pasarla bien y ser feliz. Traté de pedir ayuda tantas veces, traté de sanar tantas veces y recaí otras tantas que ya no sé si tengo ganas de seguir luchando contra esto, no sé si tengo ganas de ser yo misma, estoy demasiado perdida y vencida.
Les quiero pedir disculpas si este post no era lo que esperaban, pero necesitaba sacarlo. Después de todo, hice esto con el fin de intentar sacar todo, de canalizar e intentar soltar las cosas que tanto me cuestan confesar con más facilidad.
Gia.
Cuando era chiquita siempre me esforcé por ser igual de perfecta que mi hermana, a ella le alababan todo, a mí solo me comparaban. Siempre me comparaban con todo el mundo, pero no crean que lo hacían por algo bueno, si no, yo siempre era la que estaba mal.
Y eso dolía, dolía porque me esforzaba muchísimo por intentar ser perfecta, por intentar que no hubieran quejas o comentarios malos sobre mí, no soportaba las críticas porque estaba siendo algo que yo no era realmente y que no sé si en algún momento llegue a hacerlo.
Crecí sin un papá presente, se fue cuando era chica y realmente me sentí insuficiente y esa inseguridad fue creciendo junto conmigo, fue aumentando cada vez que intentaba ser algo que no era para sentirme aceptada, para sentir que valía la pena, que era más que suficiente, para recibir una palabra de aliento, un elogio e incluso un poquito de atención pero son expertos para criticar, para hablar mal, para notar mis errores pero no para notar lo que necesitaba.
La perfección nos destruye, nos hace rompernos en miles de pedazos por intentar ser algo que no somos y que probablemente jamás lleguemos a serlo porque es algo inalcanzable que en momentos llega a trastornarnos, y enfermarnos.
Me encantaría poder prometer que desde hoy voy a ser lo que quiero para que las críticas y todo lo malo sea más fácil de aceptar, pero tengo que aceptar que ya falté a esa promesa una vez, parece que mi parte masoquista adora tratar de ser perfecta, adora presionarse a sí misma por serlo y sentirse de esa forma y que eso fomente absolutamente todas mis inseguridades y el sentirme insuficiente para cualquier persona que exista.
El tratar de ser perfecta me llevó a odiarme a mí misma, a enfermarme y a no poder pasarla bien y ser feliz. Traté de pedir ayuda tantas veces, traté de sanar tantas veces y recaí otras tantas que ya no sé si tengo ganas de seguir luchando contra esto, no sé si tengo ganas de ser yo misma, estoy demasiado perdida y vencida.
Les quiero pedir disculpas si este post no era lo que esperaban, pero necesitaba sacarlo. Después de todo, hice esto con el fin de intentar sacar todo, de canalizar e intentar soltar las cosas que tanto me cuestan confesar con más facilidad.
Gia.
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