Querida mamá:
Terminé con Lucía, estaba cansada de que todo este tiempo solo hubiera interés de mi parte, y que nunca estuviera cuando la necesitaba. Le dije que quería terminar porque ya no era lo mismo y que me sentía sola a su lado, sin vida y ella demasiado indignada, me dijo "¿Me vas a dejar así después de todo lo que hice por vos?" mi novia río amargamente, y en mi cabeza se formuló la pregunta "¿Dónde estabas?" en mi cabeza se armó la situación donde le respondía de forma irónica su pregunta:
"¿Dónde estabas? Dónde estabas cuando te llamé llorando de madrugada pidiendo que por favor vinieras porque estaba mal y te necesitaba, cuándo necesitaba huir de mi vida por unas horas y refugiarme en tus brazos para sentir que estaba entera y no hecha pedazos, donde estabas cada vez que te necesitaba y que necesitaba de vos"
Pero herir a la gente no era mi fuerte, mi fuerte era herirse a sí misma guardando aquellas cosas que siempre había querido decir pero que no me animaba, traté de buscar una respuesta simple y pacífica pero no la hallaba, me limité a decirle que estaba siendo egoísta pero eso no la dejó contenta en lo absoluto, siguió diciendome que había hecho cosas por mí, que yo era una desagradecida, cada palabra que salía de su boca estaba logrando hacerme explotar del enojo y terminé reclamando todo, terminé dando las razones por las que verdaderamente terminabamos.
Mi ahora ex novia, se había derrumbado, ya no había ganas de lastimar de su parte solo había arrepentimiento y desesperación. Puedo decir que intentó todo para que yo no la dejara, desde insultarme, a rogarme, intentar manipularme y apelar a mi lado bueno, debo decir que en la última casi lo logro, después de todo siempre me dicen que tengo corazón de pollo.
Finalmente ahora me siento más libre, más sana y aprendí a no depender de nadie, más que de mí misma, aprendí a no confiar porque como dice una frase "No dependas ni confies en nadie, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad"
Estuve mucho tiempo en la oscuridad, mucho tiempo pidiendo ayuda a gritos, ayuda a la persona que supuestamente me amaba e iba a compartir una vida entera conmigo hasta que descubrí que yo misma debía sacarme de ella, que si la persona que decía amarme no iba a ayudarme o no estaba dispuesta a soportar mis guerras, no valía la pena.
Perdí a la persona que amaba, pero a la vez aprendí muchísimo y me gané a mí misma. No voy a decirles que no la extraño, porque hay momentos que se me hace insoportable su ausencia, pero estoy en proceso de aceptación que lo nuestro no iba bien, que si yo era la única que luchaba por lo nuestro nada estaba bien. Una relación es de dos, no de uno solo.
Hoy en día te doy la razón en todos tus consejos mamá, y desearía que estuvieras acá para abrazarme pero no tengo dudas que pronto vamos a volver a vernos.
Te ama,
Jazmín.
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Esta carta es un fragmento de una historia que nunca pude darme el lujo de terminar porque me quedé a mitad de camino con ella, se cuenta la historia de Jazmín una chica enamorada dispuesta a dar hasta la vida por su novia, pero su novia no demostraba interés hasta parecía que estaba con ella por simple obligación o conveniencia. La idea era hacer que Jazmín se diera cuenta de que esas relaciones donde no luchan las dos no valen la pena, pero bueno nunca pude terminarla, sin embargo moría de ganas de compartir esto con ustedes, porque siento que los tengo un poco abandonados y no es mi intención simplemente estoy muy atareada y no tuve tiempo de sentarme a escribir algo decente.
Gia.