miércoles, 20 de enero de 2021

Dolores.

 En la vida tuve varios tipos de dolores, creo que los conozco absolutamente todos y ninguno se parece entre sí. Si quiero empezar a numerar, puedo hablarte de dolores físicos hasta tal punto de que necesitás operarte para que no vuelva, de los dolores físicos que se solucionan aplicando un yeso para que se suelden los huesos para que no regrese tal molestia, de esos que se solucionan tomando medicamentos, o comiendo algo. 

En mi opinión el peor dolor que podés tener son los del alma, que desgraciadamente no se curan con operaciones, ni yesos, ni medicamentos porque estás rota espiritualmente y no hay nada que lo sane más que el tiempo pero esos son insoportables, mucho más que algún dolor físico. Dolores espirituales conozco varios, el del abandono que a pesar de que pase el tiempo nunca se va y es algo que te persigue toda tu vida y trae otros pequeños dolores consigo, las inseguridades, la necesidad de aprobación, el no sentirse suficiente y el miedo. También puedo hablarles del que trae el amor no correspondido, el amor a distancia, el desengaño amoroso o una ruptura, o del dolor de perder a un ser querido, el dolor de que te hagan bullying en la escuela, el de seguir viviendo a pesar de no tener más ganas de hacerlo, el del rechazo, la discriminación, o el perder todo lo que lograste construir con tanto esfuerzo y tanto amor. 

Todos son dolores diferentes, todos me hicieron sentir completamente rota, y me dejaron sin ganas de nada, y pensando en que ojalá pudiera seguir siendo chiquita para poder pasar esos dolores hecha un bollito en la cama mientras mis abuelos me abrazaban e intentaban consolarme diciéndome cosas lindas y preparándome una chocolatada con galletitas pero ya no puedo, y si bien esas eran curitas temporarias que me hacían sentir mejor, hoy no solucionarían nada. 

Les juro que me gustaría no conocer todos esos dolores, que me gustaría ser alguien que no haya pasado por ninguno o siendo realista haber pasado solo por la mitad de ellos, capaz hoy estaría menos deshecha. Siento que estoy completamente quebrada, y que cada pedacito corresponde a cada golpazo que me dio la vida del que logré salir invicta pero hoy siento que estoy cansada de luchar porque apenas me termino de levantar y enseguida me vuelven a tirar al piso de un empujón... Nunca puedo terminar de sanar, de recomponer mis pedazos y mis momentos de felicidad son breves e inconstantes que vivir todo esto me enseñó que tengo que disfrutarlos al máximo porque no sé cuando es que se puede terminar. 

Probablemente podría estar horas hablando de esto, que capaz a nadie le interese o deprima a más gente lejos de ayudar o aconsejar como me propuse al hacer este blog, o simplemente nadie lea este puñado de palabras salida desde lo profundo de mi corazón pero es que ya se me terminaron las palabras para expresarme y las lágrimas que largué mientras escribía esto. Agregando que ya no siento esa opresión en el pecho que sentía al momento de empezar a escribir esto, sigo sintiéndome rota pero aliviada de sacar esto de adentro, creo que ese es el mayor motivo por el que escribo, no lo hago por y para nadie más que para mí.





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