martes, 20 de noviembre de 2018

Tu ausencia duele.

Tu ausencia duele, duele como el primer día después de que saliste de mi vida y te volviste sólo un personaje recurrente en ella que aparece solo cuando tiene ganas de poner mi mundo de cabeza.

Duele porque te amo como la primera vez que te lo dije, porque sigo sintiendo mi corazón a mil cada que te veo aparecer, siento como cada parte de mi cuerpo se llena de vida, la felicidad en su máxima expresión, hasta creo que mis ojos brillan y mi cara se ilumina.

Duele porque todavía no pierdo la esperanza de tener un futuro juntos, un futuro lleno de amor, cariño y risas.

Porque cada vez que te veo una sonrisa se dibuja en mi rostro, y me lleno de vida, de esperanza y de felicidad, a pesar de saber que no puedo tenerte y no voy a poder tenerte nunca porque solo hay una oportunidad, y yo la arruiné.

Porque cuando te tenía a mi lado no fui capaz de decirte las mil y un palabras, los mil y un sentimientos que tenía dentro y que no sabía como expresarlos, duele porque esas cosas aún están dentro mío y siento como si me quemaran, como si me asfixiaran mientras mi cabeza me culpa de nunca haberlas dicho.


Porque me quedé con ganas de un último abrazo, abrazo que me negué a darte y que no sabía que me hace tanta falta. Solo en tus brazos me sentía protegida, a la vez me sentía frágil pero eso no me importaba porque sabía que ibas a estar ahí para cuidarme como a un cristal.

Por favor, necesito que me digas como hago para que tu ausencia deje de doler, para aprender a vivir sin vos, para aprender a no sentir nada cunado te veo de lejos y cruzamos alguna que otra palabra como viejos amigos.

Gia.



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